Ser perfecta

¿Qué es ser perfecta? Olvídate de que ser una persona perfecta tiene que ver con el físico. Es algo que va más allá. Yo lo entendí y te lo comparto.

PLENITUD

Carmen Pombero

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La meta más alta en la vida es la perfección. Consideramos que nos lleva hasta la felicidad. Todos los credos religiosos la promulgan. Pero esa perfección no es posible si no hay paz en nosotros y nosotras, ese es el comienzo de toda perfección.

La ternura hacia una misma nos lleva a esa paz que hace posible profundizar en nuestra naturaleza divina y perfecta y en la de todo cuanto nos rodea. Ya lo decía el maestro Usui en uno de sus principios del Reiki: “Se amable con los demás”.

Esa amabilidad empieza con una misma. Trátate con respeto, saca de ti todo lo que no deba estar en tu vida (trabajo, pareja, amistades…) porque no te trate con el respeto y amor que te mereces. Otórgate la paz porque la paz te llena de alegría. Cuando estás estresada lo que habita en ti no es más que angustia. Cuando estas irritada, la desesperación.

Todos y todas deseamos paz. Suele ser uno de los deseos más solicitados para Año Nuevo. Queremos que reine la paz en el mundo, pero sin embargo la mayoría de las veces parece que no la queramos para nosotras mismas. ¿Por qué?

Estar en paz lo asociamos al aburrimiento. ¿Cómo se calcula que ya estoy en paz? ¿Y qué hago con toda la energía, todo el movimiento, la actividad que tengo dentro de mi si estoy en paz? ¿Si estoy tranquilo, tranquila?

Entonces yo te pregunto, ¿a qué tienes miedo? Porque eso es lo único que te separa de la paz. Tu miedo. ¿Miedo a perderte algo importante si no estás haciendo? ¿A dormirte en los laureles? ¿A no ser una persona productiva? ¿No ganar más dinero? ¿Desatender tus responsabilidades, la mayoría de ellas auto impuestas?

Tal vez a tener que enfrentarte a tu lado más oculto, a tus vicios, tus secretos, tu soledad, tu falta de aceptación y de autoestima. Estar en paz es estar a solas con uno mismo, con una misma y eso cuesta. Prefieres la sombra a la luz.

Pero si abrazas tus sombras, abrazas la luz. ¿Cómo es posible? Porque abrazar tus sombras es reconocer su existencia, perdonarte y estar en el camino correcto para que tu vida sea perfecta. Una vida en paz te brinda la oportunidad de crecer, de caminar con los ojos bien abiertos y al abrir los ojos ves todo lo divino que hay en ti.

La paz es la perfección porque al abrazarla, dejas atrás todas estas cosas que lo único que hacen es estresarte, angustiarte, vivir acelerada, aturdida. Si tu meta en la vida es la perfección, empieza cultivando la perfección en ti, esto significa cultivar la paz interior.

La perfección se alcanza cuando logras la paz interior y es un propósito del alma, no del cuerpo. No tengo que parecerme a ninguna top model esbelta y bella ni a ningún jugador de fútbol musculado y a la última. La perfección tampoco es un propósito intelectual, ser el más erudito en una materia, la más filosófica en otra… Porque la perfección del alma no es hacer, es Ser.

La divinidad en todas las religiones y credos distingue el hacer como una función del cuerpo y el Ser como una función del alma, por eso cuando hablamos de alcanzar la perfección, hablamos de la perfección del Ser y no del hacer.

El alma “es”, independientemente de lo que haga el cuerpo que es su morada, de la que tampoco es una consecuencia en absoluto. Esto es importante. A mí me supuso un proceso de años que han culminado recientemente. Los sentimientos de culpa tienen mucho que ver con esa no separación de lo que es la perfección del alma, que se logra solo alcanzando la paz interior, del hacer, que es el cuerpo y la mente.

Si vives en la creencia de que tu vida se basa en el hacer y que la perfección está en lo que haces, vas muy desencaminada. Al alma le importa un bledo lo que hagas porque lo que busca es el estado del Ser; no el de hacer. La perfección del Ser se consigue a solas con una misma, habitando esa paz de la que llevo hablándote todo el post, en silencio, en la meditación, en la contemplación, en la gran conexión que otorga el Reiki, en la unión con el todo.

Quieres ser la madre perfecta y yo te pregunto, ¿dónde estás cuando ejerces de madre perfecta? Porque si estás en la preocupación constante, en la super protección, en el miedo, no estas en el Ser, no estás en la perfección, porque no estás en paz.

Cuando habitas en la paz, “eres” conforme las cualidades del Amor universal y no de las del temor. Por ello te invito a que te preguntes siempre que “hagas” algo desde qué lugar vas a actuar, esto es si vas a Ser mientras estés haciendo.

La perfección solo tiene que ver con el alma, con tu esencia, con el Ser. Se amable con los demás, amistosa, misericordiosa, servicial, alegre, considerada cuando estés en el hacer porque estos son los estados elevados del Ser en todas las circunstancias de tu vida.

¿Cómo sería de perfecta tu vida si eligieras estar en paz contigo misma y con cuanto te rodea y ser una persona bondadosa, compasiva, generosa, amorosa, paciente, perseverante, tolerante, comprensiva?

Se perfeccionista, pero con tu alma no en tu trabajo o en tus labores o tus relaciones. Creer que en eso es en lo que debes ser perfecta te llenará de frustración. Si fallas en lo que haces, pero en tu Ser ya alcanzaste la perfección o estás en el camino, ese fallo se transformará en experiencia.

Cuando sientas que has fracasado en un propósito de tu vida, como puede ser una relación matrimonial o familiar, no falles también en tu modo de Ser. Nunca abandones la postura de la tolerancia, la comprensión, la aceptación. Ha sido una experiencia más de la que aprender.

La vida, y lo diré muchas veces, es un camino de crucifixión y resurrección constante. Cuando nos crucificamos, esa cruz significa “hecho, aprendizaje realizado”. Aprende de tus fracasos no para hacerlo mejor la próxima vez sino para Ser cada vez mejor. Lima tu actitud ante los avatares de la vida, tómalos con calma, habita la paz interior.

Recuerda, no viniste a este mundo para producir una obra perfecta, para hacerlo todo perfectamente, para tener un cuerpo diez. Viniste a este mundo para Ser perfecta.